Jesús Márquez*
Durante una larga temporada en el año 2006 – primavera, verano y otoño – el Maestro José Manuel Briceño Guerrero, y su consejero Jonuel Brigue, estuvieron en China, estudiando su lengua y literatura, de sus observaciones, pensamientos, emociones, encuentros, goces y dolores, quedaron como testimonio de gran importancia sus libros “Para ti me cuento a China”, “Los Chamanes de China” y la traducción al español del libro de Poemas Tiempo, del importante Poeta Chino Chiti Matya. Pienso que el libro Para ti me cuento a China, debería ser libro de cabecera de todas las personas que quieren conocer y adentrarse en forma preliminar en la cultura China, donde nos dice que seamos peregrinos y no turistas, para que desde los trazos de la escritura y los sonidos del habla dialogara contigo el pueblo más sabio que ha producido este planeta, buscando respuesta a interrogantes ancestrales, alivio para una angustia milenaria. Necesitas maestro. Aquí esta. La verdadera gran muralla es el idioma chino y su escritura. El Maestro Briceño Guerrero y Jonuel Brigue, nos abrieron esa rendija en la muralla, nos señalaron el camino para llegar a la esencia del pueblo chino y poder aprender entre muchísimas cosas el gran amor y respeto por la naturaleza, su gran madre. Ahora tenemos una gran oportunidad que no debemos dejar pasar, que es lograr una verdadera y autentica integración con China, si bien es cierto que la voluntad política ha sido de vital importancia para esta apertura a la integración, más importante es la integración desde abajo, desde las raíces de ambos pueblos, como lo están haciendo los jóvenes que se han ido a estudiar a china, a compartir sus vivencias con los jóvenes chinos, tratando de entender la complejidad de su cultura, pero viviéndola en el día a día, y sintiendo que “Peita, puerta de la Madre misteriosa” , los recibe, los abraza, como sus hijos… esa simbiosis de culturas tan distintas, pero tan cercanas , serán las bases más sólidas posibles de esta integración que están construyendo desde sus orígenes nuestros jóvenes peregrinos, los baluartes más importantes de la verdadera y autentica integración. A esas generaciones de jóvenes, hay que darles todo nuestro apoyo institucional en la forma más amplia, sin restricciones ni egoísmos, y no cargarlos innecesariamente con preocupaciones administrativas, suficientes preocupaciones tienen ya con asumir el reto y exigencia académica de las Universidades Chinas, y entender desde ahora, que estos jóvenes venezolanos y chinos serán los dirigentes en un futuro cercano, de esa esplendorosa relación autentica, altamente beneficiosa y productiva de Venezuela y China, nuestro mejor aporte debe ser ayudar y apoyar sin restricciones a todos estos embajadores de la mejor voluntad que se están formando en China y que realmente representan la verdadera consolidación de la integración Venezuela-China.
¡¡¡Que vivan los estudiantes!!!
En Caracas el primer día del mes de Septiembre del 2018, año del Perro.-