Profa. Veruska Torres

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La Alianza del Pacífico (AP)[1], creada en el año 2011, se define como “una iniciativa de integración regional”, en la que Chile, Colombia, México y Perú se han propuesto un proyecto común a través del cual fomentar su crecimiento económico e insertarse mejor en las actuales dinámicas mundiales. Como plantean Correa y Catalán (2016) “Además, la forma en que se estructura la Alianza facilita su crecimiento. Debe puntualizarse que este proyecto va generando desde su puesta en marcha las estructuras de vinculación económica y política, sobre los acuerdos bilaterales de libre comercio establecidos entre ellos, y que son la base sobre la cual se desarrollará el comercio y la inversión en la región, y no rompen con el modelo de regionalismo abierto, pues toman como marco de referencia el TLCAN”.

China es uno de los principales socios y un actor de relevancia global para los miembros de la Alianza, señaló el embajador mexicano Julián Ventura Valero en una entrevista con Xinhua. «China tiene grandes ventajas siendo la segunda economía del mundo. Es un gran importador de muchos productos fabricados por los países de la Alianza. Con la estrategia de incentivar una gran presencia global y la internacionalización de las empresas chinas, se abren oportunidades para generar también mayores flujos de inversión productiva», destacó. De ahí surge la iniciativa de estos países de presentar la facilitación comercial puesta en marcha para acelerar los procesos de integración económica que aumenten el atractivo y la capacidad de estos países de fortalecer los vínculos entre China y el bloque regional, indicó[2].

El elemento geográfico no es menos importante que las fortalezas económicas de los países miembro, puesto que la salida de sus costas al Océano Pacífico representa una ventaja excepcional con miras al futuro y a las crecientes inversiones de todo tipo de Asia en la región latinoamericana, y como hemos visto particularmente de China, cuyo interés mayor lo representan la variedad de materias primas que poseen estos países. Su gran reto es la industrialización de todos sus miembros, pero su gran fortaleza es la oportunidad de establecerse como puente para el comercio intra-regional desde Asia, sobre todo con la situación política actual, en la que estos países poseen los gobiernos y economías más estables.

Como ideas finales, podemos decir que el mundo de hoy se encuentra en un proceso histórico de grandes desarrollos, transformaciones y reajustes, el cual se caracteriza por el acelerado desarrollo de los grandes países emergentes y el constante aumento de la fuerza regional de los numerosos países en vías de desarrollo. Siendo por igual importantes integrantes del mundo en desarrollo, China y América Latina tiene por delante las mismas tareas y comparten amplios intereses en común en lo que respecta a la consecución de su propio desarrollo sostenible, la promoción de la multipolarización del mundo y el enfrentamiento conjunto a los desafíos de carácter global.

Entendiendo que la Interdependencia Compleja es la teoría de las relaciones internacionales que explica la ausencia de uso de la fuerza, la falta de jerarquía en los asuntos a tratar y la presencia de múltiples canales de contacto entre las sociedades. Vemos que es el enfoque teórico que mejor explica y acentúa la importancia de actores no gubernamentales en las relaciones internacionales, sobretodo en el ámbito de la cooperación económica, en el que se pueden realizar acciones de cooperación entre distintos actores y niveles jerárquicos. Sin embargo, no hay que olvidar lo que plantea Del Arenal, quien señala que el modelo de la interdependencia, que privilegia las relaciones de cooperación y la idea de comunidad de intereses, tienden a ignorar o encubrir la dimensión conflictiva de las relaciones internacionales o transnacionales y las profundas diferencias económicas, sociales, culturales que caracterizan al sistema internacional[3]. De allí, que podría discutirse como plantea Cooper, si nos encontramos ante “El Consenso de Beijing”[4], el modelo chino que relevará el Consenso de Washington, y es China a cada vez más ido posicionándose en los mercados que los Estados Unidos de América (EEUU) ha descuidado o abandonado.

En todo caso, el multilateralismo y regionalismo, ya que las dos son formas complementarias para abrir las economías[5], parecen ser los mecanismos ideales de la inserción China en la economía mundial. En un mundo globalizado, las relaciones comerciales de cualquier Estado son un pilar fundamental en su desarrollo económico y social, China se ha vuelto especialmente importante para latinoamérica, y es el espacio al que América Latina se ha dirigido para expandir y diversificar sus relaciones económicas.

Es por esto que, la Alianza Pacífico, cuyo producto interno bruto combinado representó el 35% del total de América Latina y el Caribe en 2012, ubicándola en el puesto de la octava economía mundial, es un foco importante en el que se concentra el interés chino. Además, este bloque regional ha sido el séptimo del mundo en cuanto a la recepción de inversión extranjera directa durante la última década, de acuerdo con datos facilitados por la CEPAL.  Sin embargo, este debe establecer un equilibrio entre los beneficios que obtienen con sus asociaciones con Asia y sus alianzas más antiguas con Estados Unidos y Europa, que continúan siendo muy importantes, sino las principales en sus economías. En este sentido, es obligatorio mencionar la nueva ventana que se ha abierto para China en toda la región del pacífico con la salida de EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) en enero, el que casi inmediatamente provocó el acercamiento al gigante asiático, ideado inicialmente  como un cerco hacia China, este deberá reformularse y representa para la AP, del que solo Colombia faltaría por adherirse, podría sin duda convertirse en una herramienta de beneficio mutuo entre China y la AP, y con ello para la región, sin olvidarse de las relaciones más tradicionales con EEUU y Europa, que continúan siendo altamente importantes. La inserción China en la economía latinoamericana ha permitido diversificar los mercados y esto fortalece la contribución de la región a la economía mundial, presentando oportunidades para su desarrollo.

[1] Este mecanismo de integración regional reúne cuatro de las principales economías del continente, una población superior a 214 millones de personas, equivalente al 36% del total de la población de América Latina y el Caribe. En conjunto, los cuatro países miembros congregan un producto interno bruto (PIB) equivalente al 36% del PIB de América Latina y el Caribe (Alianza del Pacífico, 2014:7). Se trata de economías abiertas muy dinámicas, que concentran de manera unida el 50% del comercio exterior de América Latina.

[2] ver: http://www.elpais.com.co/economia/alianza-del-pacifico-impulso-en-china-oportunidades-de-comercio.html

[3] Del Arenal, Celestino. Introducción a las Relaciones Internacionales. p314.

[4] Término acuñado por el ex-editor de la Revista Time, Joshua Cooper Ramo en el año 2004.

[5] Ver: http://www.flacsoandes.edu.ec/biblio/catalog/resGet.php?resId=18312

Por CVEC

El Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC) es el primer y único centro de investigación dedicado exclusivamente a los estudios sobre China dentro de la República Bolivariana de Venezuela. Fundado el 13 de junio de 2017 por jóvenes profesores e investigadores provenientes de la Universidad Central de Venezuela, el CVEC ha planificado desde su creación, la conformación de un equipo de investigadores provenientes de distintos espacios intelectuales y profesionales, cuyas capacidades de análisis y comprensión sobre las realidades que configuran el mundo de hoy y del futuro coincidieran en esta instancia de gestión académica e intelectual.

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