Por: Sabino Vaca Narvaja, Embajador de Argentina en China.

Este año ha sido de suma importancia para las relaciones internacionales de nuestro país, ya que Argentina asumió el pasado mes de enero la presidencia Pro Tempore de la CELAC, al ser elegida por el voto unánime de los países de Latinoamérica y el Caribe. Durante el transcurso de junio, nuestro país sostendrá una nutrida y relevante agenda internacional, llevando su presencia a los principales foros internacionales.

En primer lugar, Argentina está presente en la Cumbre de las Américas, una cumbre que ha sido fuertemente cuestionada por varios países de la región, los cuales exigen a los Estados Unidos (país anfitrión) un cambio de agenda hacia la misma. No solo por la exclusión de algunos Estados, en lo que podría considerarse una suerte de reminiscencia de la Guerra Fría. La mayoría de estos países, si no todos, vieron languidecer sus economías a causa de la pandemia y, para colmo, ahora empiezan a sufrir las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania. Si bien se esperaba de la administración Biden un cambio sustancial con respecto a Latinoamérica y el Caribe, hasta ahora solo ha habido hacia la región una continuidad de las políticas implementadas por su predecesor, Donald Trump. “El gran país del norte” está lejos de ser una rueda de auxilio para los padecimientos de los pueblos que se encuentran más allá del río Bravo.

El siguiente encuentro es la reunión de jefes de Estado del grupo de países emergentes BRICS, que se desarrollará de manera virtual y a la cual me referiré más adelante. Un par de días más tarde, nuestro mandatario participará de la Cumbre de presidentes del G7, en Alemania. Si bien el principal tema serán las consecuencias del mencionado conflicto, también se hablará de alimentos y energía, algo que ya se trató en la anterior gira presidencial de mayo por Europa. Como señaló Alberto Fernández al canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, nuestro país “es un reservorio de lo que el mundo está demandando”.

Si bien se esperaba de la administración Biden un cambio sustancial con respecto a Latinoamérica y el Caribe, hasta ahora solo ha habido una continuidad de las políticas implementadas por su predecesor, Trump.

Ahora bien, Argentina necesita inversiones para constituirse en ese gran exportador que el mundo necesita. No solo de materias primas agropecuarias o energéticas, sino también de productos que tengan un alto componente de valor agregado. Esto último es clave para que el ingreso de divisas no dependa solo de los precios internacionales de los commodities

Las “tradicionales relaciones con Europa y los Estados Unidos” (tal como fueran definidas por un expresidente) no permitieron que Argentina y en general Latinoamérica pudieran superar las condiciones de déficit estructural que afectan a su economía. Nunca hubo un “plan Marshall” o algo similar hacia la región, ya que esta no ha estado dentro de la escala de prioridades estadounidenses.

Llegado a este punto, quiero hablar ahora de la importancia para Argentina de la invitación cursada por el presidente Xi Jinping para participar de la cumbre de los BRICS. La invitación se da en el preciso momento en que los Estados miembros del bloque, con China a la cabeza, han manifestado su apoyo activo al “inicio del proceso de expansión del BRICS y la ampliación del formato BRICS+”, como señaló recientemente un portavoz de la cancillería china.

Argentina tiene que repensar su desarrollo y modificar su perfil de inserción externo. Como vengo señalando en diversas notas y entrevistas, para ello es necesario una mayor cooperación con aquellos países con los cuales tenemos estructuras económicas complementarias y que estructuran sus relaciones sobre la base de una cooperación de provecho mutuo, como China y los otros países miembros de los BRICS.

Las “tradicionales relaciones con Europa y los Estados Unidos” no permitieron que Argentina y en general Latinoamérica pudieran superar las condiciones de déficit estructural que afectan a su economía.

La situación que los pueblos del mundo estamos viviendo afecta con mayor dureza a los grupos más vulnerables. Este contexto de hostilidad ha servido de ejemplo al mundo entero del rol que juega el liderazgo político en la adversidad. En este sentido, los BRICS no se han quedado de brazos cruzados. Cuando Argentina lo necesitó, recibimos vacunas tanto de China como de Rusia y de India para combatir la COVID-19.

Existen diversas áreas en las que podemos cooperar con este grupo de países. Tomemos como ejemplo la industrialización del litio, mineral clave para el recambio energético mundial, donde tenemos varias empresas chinas interesadas en participar de su extracción y procesamiento. Sería un error caer en la primarización de dicha actividad. Argentina debe aprovechar su enorme capital en el campo científico-tecnológico, ya que posee un desarrollo de vanguardia en áreas que son verdaderamente de punta. La instalación de fábricas de baterías o incluso de la fabricación de vehículos eléctricos en nuestro país sería un paso enorme en términos de exportar productos con alto valor agregado. Contamos con unas de las mayores reservas de dicho mineral y con una capacidad instalada a nivel de la industria automotriz que rápidamente puede reconvertirse a tal fin.

Esa sinergia se vería potenciada por el ingreso de Argentina en el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) de los BRICS. El NBD fue de vital importancia durante la pandemia para otorgar 15.000 millones de dólares dirigidos a reforzar las economías de los países miembros. Por otra parte, el banco fue pensado con el fin de modificar el sistema de moneda de reserva basado en el dólar, y financiar la infraestructura y el desarrollo sostenible de mercados emergentes, como la Argentina. De ese modo, el NBD nos proporcionaría un importante impulso a la cooperación bilateral y multilateral con los países que son parte de la institución financiera, permitiéndonos a la vez celebrar transacciones comerciales en nuestras respectivas monedas. En nuestro caso, significaría romper con la cultura económica bimonetaria anclada en el dólar.

El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) de los BRICS fue de vital importancia durante la pandemia para otorgar 15.000 millones de dólares dirigidos a reforzar las economías de los países miembros.

Argentina necesita recuperar la senda de desarrollo nacional volviendo a poner sobre la mesa al crecimiento económico, la creación de empleo, la inclusión social, el desarrollo científico-tecnológico y el progreso federal, y esa salida (en el plano internacional) es con los países emergentes. En este sentido, como dijo nuestro presidente en una misiva enviada en la cumbre previa organizada por los Partidos de este importante bloque: “Los BRICS son para la Argentina una excelente alternativa de cooperación frente a un orden mundial que ha demostrado estar creado por y para el beneficio de unos pocos”.

Publicado Originalmente en Contraeditorial.com: https://contraeditorial.com/los-emergentes-y-argentina-rumbo-a-una-nueva-cumbre-de-los-brics/

Por CVEC

El Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC) es el primer y único centro de investigación dedicado exclusivamente a los estudios sobre China dentro de la República Bolivariana de Venezuela. Fundado el 13 de junio de 2017 por jóvenes profesores e investigadores provenientes de la Universidad Central de Venezuela, el CVEC ha planificado desde su creación, la conformación de un equipo de investigadores provenientes de distintos espacios intelectuales y profesionales, cuyas capacidades de análisis y comprensión sobre las realidades que configuran el mundo de hoy y del futuro coincidieran en esta instancia de gestión académica e intelectual.

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