Este primero de febrero comienza un nuevo ciclo del calendario lunar de la República Popular China, dando paso al año del tigre del agua. En China el Año Nuevo se celebra en la segunda luna nueva tras el solsticio de invierno, y esto usualmente sucede entre el 21 de enero y el 20 de febrero en el calendario gregoriano, cuyo año nuevo como sabemos siempre es el primero de enero de acuerdo a la tradición cultural occidental. A partir de esta festividad los campesinos se preparan para la siembra, marcando así el final del invierno. De allí, que esta festividad sea considerada la más importante de China pues es la Fiesta de la Primavera (春节 Chūn Jié) en China, más conocido en el extranjero como Año Nuevo lunar.

La atribución de animales a esta celebración se considera está basada en la leyenda de Buda, quien convocó a toda la fauna de la tierra y se presentaron solo 12 animales: primero la rata, después el buey, luego el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo, estas 12 criaturas conforman los signos del zodiaco chino. La astrología china corresponde a un ciclo de doce años, cada año representado por un animal y un elemento. El calendario lunar chino es el más largo registro cronológico de la historia, que data de 2.637 a.C. cuando el primer ciclo del zodíaco se introdujo. Un ciclo completo dura 60 años y se compone de cinco ciclos simples de 12 años cada uno. El ciclo 78 se inició en febrero de 1984 y finalizará en febrero de 2044.

Se cree que el animal que gobierna el año en que naciste ejerce una profunda influencia en tu vida. En China el tigre se considera que posee el poder de alejar cualquier mal y de prevenir calamidades, es decir es un animal con cualidades protectoras y atrae la buena suerte hacia ellos. Es, por tanto, no solo un símbolo de fuerza y de valentía, sino también del fin de los males. Los años de nacimiento que corresponden a este signo son: 1914, 1926, 1938, 1950, 1962, 1974, 1986, 1998, 2010 y 2022. Este representa una etapa en la que las personas deberán permanecer alineadas con sus valores e intereses para que la racionalidad resulte triunfadora ante los obstáculos que se presenten.

Este es el tercer año nuevo bajo el espectro del aún persistente coronavirus. Por ello, como en años anteriores las festividades se realizarán, al menos en parte, nuevamente de forma virtual. Sin embargo, podemos destacar entre las celebraciones, a las tradicionales danzas de dragones y tigres, muy populares en todo el mundo, y el lanzamiento de los farolillos voladores o lámparas chinas de deseos, costumbre asidua también replicada en muchos lugares, así como demostraciones de taichí y espectáculos de kung-fu, desfiles, fuegos artificiales, ferias gastronómicas y artesanales.

Por otra parte, recordemos que esta festividad es además sinónimo de encuentro familiar en China, y solía ser el periodo con más desplazamientos internos pues este tiempo de celebraciones que puede extenderse hasta por dos semanas es aprovechado por muchas familias que viajan a sus lugares de origen desde las grandes ciudades para celebrar con sus seres queridos. Los días feriados oficiales en China serán de 31 de enero a 6 de febrero 2022. Sin embargo, las celebraciones tradicionales durarán 16 días, desde el Año Nuevo Chino (31 de enero) hasta el Festival de las Linternas (15 de febrero). Este año, además, coincide con el desarrollo de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se llevarán a cabo del 4 al 20 febrero 2022 en Beijing.

Si bien existen numerosas supersticiones y creencias vinculadas a esta celebración, en la cena familiar no puede faltar el pescado para traer abundancia y buena suerte, las decoraciones en rojo, los fuegos artificiales y los regalos de sobres rojos, y es que este color está asociado con la suerte y la prosperidad, y se usa también con fines de protección. A pesar de las circunstancias de la pandemia hemos visto los preparativos no solo en China sino en el mundo para tener, en la medida de lo posible, un “xīn nián kuài lè ” (新年快乐), ‘Feliz Año Nuevo Chino’.

Veruska Torres Melo es investigadora especialista en estudios sobre China y Cooperación en América Latina. Licenciada en Historia de la Universidad de Los Andes (ULA, Venezuela), magister en Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV, Chile), graduanda del Magíster en Estudios de Asia y África con especialidad en China (COLMEX, México) y graduanda del Magíster en Política Exterior de Venezuela (IAEDPG, Venezuela). Ha sido profesora invitada en la ULA, la UCV y el IAEDPG, investigadora asociada al CVEC.

Por CVEC

El Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC) es el primer y único centro de investigación dedicado exclusivamente a los estudios sobre China dentro de la República Bolivariana de Venezuela. Fundado el 13 de junio de 2017 por jóvenes profesores e investigadores provenientes de la Universidad Central de Venezuela, el CVEC ha planificado desde su creación, la conformación de un equipo de investigadores provenientes de distintos espacios intelectuales y profesionales, cuyas capacidades de análisis y comprensión sobre las realidades que configuran el mundo de hoy y del futuro coincidieran en esta instancia de gestión académica e intelectual.

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