¡Utilizar Taiwán para contener China está condenado al fracaso!
Por: Lan Hu, Embajador de China en Venezuela.
Desde la antigüedad, Taiwán es una parte inalienable del territorio de China, lo que tiene una sólida base con numerosos documentos históricos que datan del Siglo III d.C. La Declaración de El Cairo emitida en 1943 y La Proclamación de Potsdam publicada en 1945 aclara que todos los territorios que Japón habían robado a China, incluyendo Taiwán, serían restituidos a China. Tras la fundación de la República Popular China en 1949, como el único Gobierno legítimo del país, China recuperó Taiwán de jure y de facto. El retorno de Taiwán a China se convirtió en una parte importante del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.
En octubre de 1971, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 2758, estableciendo claramente que el Gobierno de la República Popular China es el único legítimo Gobierno que representa a toda China, expulsando a los “representantes” de la autoridades de Taiwán de las sedes que habían ocupado ilegalmente. La verdad de que Taiwán es una parte inalienable del territorio de China y el principio de una sola China se han convertido en el consenso universal de la comunidad internacional y constituyen la base legítima para el cumplimiento de las normas básicas de las relaciones internacionales. En la actualidad, 182 países del mundo, incluido Estados Unidos, han establecido relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China. Estados Unidos se ha comprometido solemnemente con China en los tres comunicados conjuntos entre ambos países.
Todo lo mencionado arriba puede resumirse como los siguientes: En primer lugar, China tiene la soberanía indiscutible sobre la región de Taiwán. Nunca se ha permitido ni se permitirá dividir la soberanía y la integridad territorial de China. La cuestión de Taiwán es puramente un asunto interno de China. En segundo lugar, ambos lados del Estrecho de Taiwán pertenecen a la misma China. El Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China, y las autoridades de Taiwán no tienen absolutamente derecho de representación. En tercer lugar, la cuestión de Taiwán es el resultado de la guerra civil de China y su resolución también debe ser decidida por el pueblo de ambos lados del Estrecho de Taiwán; las fuerzas externas no tienen derecho a interferir. Esto es el verdadero statu quo de las relaciones entre ambos lados del Estrecho.
Sin embargo, desde un enfoque hegemónico y la mentalidad de la Guerra Fría, la Parte estadounidense ha renegado de sus compromisos políticos, ha oscurecido y vaciado continuamente el principio de una sola China, y ha intensificado sus intentos de “utilizar Taiwán para contener China”, ignorando los hechos históricos y los sentimientos nacionales de los 1.400 millones de chinos.
Recientemente, la líder de la región de Taiwán, Tsai Ing-wen, realizó un “Tránsito” a través de Estados Unidos. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se reunió con Tsai proporcionando una plataforma para sus comentarios secesionistas en pos de la “independencia de Taiwán”; El Gobierno estadounidense aprobó la venta de armas ofensivas a Taiwán. Una delegación de 25 traficantes de armas estadounidenses viajó a Taiwán y celebró con las autoridades locales el llamado “foro de defensa”. El ejército estadounidense propuso enviar más de 100 soldados a Taiwán para ayudar en el entrenamiento; El Secretario de Estado Antony Blinken aprovechó la Asamblea Mundial de la Salud para hacer propaganda sensacionalista sobre las cuestiones relacionadas con Taiwán. La recién celebrada cumbre del G7 en Hiroshima se convirtió en un cuartel, donde Estados Unidos reuniera fuerzas anti-China, con el fin de provocar el incendio, socavar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
Son precisamente Estados Unidos y las autoridades de Taiwán quienes realmente intentan cambiar el statu quo en el estrecho de Taiwán. Tratan de convertir a Taiwán en un “campo de batalla” y un “polvorín” en la región Asia-Pacífico, con el propósito de interferir en los asuntos internos de China y contener el desarrollo y el progreso de este gigante asiático.
Advertimos dignamente a EE.UU.:
No debería soñar con obstruir la gran causa de la reunificación de China. La reunificación completa de China es un paso inevitable de la historia. Nunca y jamás dejamos ningún espacio a las fuerzas secesionistas por la “independencia de Taiwán” de cualquier tipo y la interferencia de fuerzas externas.
No debería fantasear con socavar el desarrollo y la revitalización de China. Cualquier intento de contener la gran revitalización de la nación china será totalmente inútil y conducirá inevitablemente a un fracaso estrepitoso.
No debería soñar con manipular juegos geopolíticos. Estados Unidos está introduciendo la cuestión de Taiwán en la estrategia regional y promoviendo continuamente la extensión de la OTAN en Asia-Pacífico, a fin de aumentar las tensiones, avivar la confrontación y socavar la seguridad y la estabilidad en esta región, que resulta sumamente peligroso y estúpido.
La Parte china agradece sinceramente al Gobierno y al pueblo de Venezuela por el firme apoyo a China en la cuestión de Taiwán. China está dispuesta a reforzarse junto con todos los países a salvaguardar la equidad y la justicia internacionales, promover cooperaciones mutuamente beneficiosa, y construir comunidad de destino común de la humanidad. Al mismo tiempo, ¡La tarea histórica de la reunificación completa de China debe cumplirse, y definitivamente se cumplirá! Los intentos de las autoridades de Taiwán de “procurar la independencia” valiéndose de EE.UU. es un callejón sin salida.
¡Utilizar Taiwán para contener China está condenado al fracaso!
Artículo publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com/internacional/156696/jugar-la-carta-de-taiwan-la-estrategia-de-eeuu-esta-condenada-al-fracaso